El
cónclave es la reunión que celebra el
Colegio Cardenalicio de la
Iglesia Católica Romana para elegir a un nuevo
Obispo de
Roma, cargo que lleva aparejados el de
Papa (
Sumo Pontífice y Pastor Supremo de la Iglesia Católica) y el de Jefe del
Estado Vaticano. El término cónclave procede del latín “cum clave” ("bajo llave"), por las condiciones de reclusión y máximo aislamiento del mundo exterior en que debe desarrollarse la elección, con el fin de evitar intromisiones de cualquier tipo. Este draconiano sistema de encerrar a los electores del Papa, vigente al menos desde el II Concilio de Lyón (1274), fue mitigado por
Juan Pablo II en la
Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (UDG), sobre la Vacante Apostólica y la elección del nuevo Pontífice (
22 de febrero de 1996). Se establece en ella que los electores pueden residir, mientras dura el cónclave, en la recién construida
Casa de Santa Marta, una residencia al efecto en el propio Vaticano, pero manteniendo la rigurosa prohibición de cualquier clase de contacto con el mundo exterior.